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miércoles, 27 de febrero de 2008

Rescatada

RESCATADA

Entre la desolación te encontré,
encogido, buscando un lugar donde llorar
Mi alma se encogió
pues tus lagrimas eran de sangre,
como pude he bebido de ellas
para entender un herido corazón.
Ahora entre susurros
la distancia te arranca de mi lado,
mas cada noche cierro los ojos ,
tos ojos en sueños puedo ver
y tus manos alcanzar entre las sabanas.
Basta un suspiro para que tiemble mi ser
si tu te ahogas...yo muero.
En los campos del tormento,
alli te conocí y alli me salvaste.
Te debo el aire,
te debo mi renacimiento.
Solo un te amo es lo que di a cambio
y las palabras hoy se quedan vacias
nada puede expresar cuando no estas.
-------------Este es un relato que bueno..a ver que sale jiji---------------------------
Rescatada en el tiempo

Las manos se enlazaron y despertó de su sueño. Como venido del vacio aquel hombre llegó a su lecho. Cuando ella derramó lagrimas de soledad en silencio él las secó con sus besos, acariciando poco a poco sus hombros desnudos. Sus miradas se cruzaron, entonces fue consciente de quien era y qué había pasado, no era amor pensó, pero si era compañia fiel y dulce. Los abrazos de él la dejaron agotada, sumida en un mundo de placer y cansancio. Cada beso en su cuello y hombros la hundia más y más en el mundo del placer. Pero a su vez se sentia indefensa, manejada como un títere, y eso le gustaba. Los dedos se su mano se enlazaron los dedos de él. y en un susurro pidió más. Él sonrio complice de la situación. Amaba esos ojos siempre tan tristes pero a la vez llenos de un fuego secreto. Y amaba aún mas a la joven que tenia entre sus brazos por ser como era, dulce y tímida, oculta y sensual. Amaba cada parte de ella que iba besando a medida que la desnudaba. Deslizó sus labios por sus hombros quitando el camisón, sus manos se deslizaron por sus pechos tan bellos y llenos de deseos. Los besó con dulzurá y sintió como ella se estremecía de placer. la siguió desnudando para hacerla por fin suya. Había esperado tanto tiempo... desde que la conociera hacia tantos años... ella tan acomplejada por no ser nadie... pero para él era su mundo entero.
Aquella noche cumplió su sueño tan anhelado, y cuando ella abrió los ojos él estaba dormido a su lado, respirando suavemente. Sonrió y casí lloró de alegria. No habia sido una ilusión, él seguía ahí, dormido, y aun en ese estado donde la consciencia desaparece y el subconsciente toma el control, en ese estado de descanso, él la seguia cogiendo de la mano. Jamás se iría de su lado, lo supo nada más mirarlo. Siempre habia estado ahi, pendiente de ella, esperando una sola señal... pero...¿quien era él? Nunca lo habia visto y aun asi sentia conocerlo mucho antes a haberlo conocido unas horas atrás. Se miró, estaba envuelta en una sabana, mientras que él permanecia desnudo a su lado. sintio como inconscientemente le apretaba mas la mano, aquello le encantó. Se quitó la sabana y posó su cabeza de cabellos negros sobre el pecho de él, luego puso la sabana sobre ambos.
-¿ahora me recuerdas?-preguntó derepente en un susurro él, con sus ojos aun sin abrir extendió los brazos para rodear su desnudo cuerpo. - Te he esperado mucho tiempo... antes incluso de esta vida.
-Aun no sé quien eres-realmente le daba igual, pero no comprendia por qué. Simplemente le puso un dedo en los labios y luego le besó- Si me has esperado, y ahora me has encontrado, quizas es porque debe ser asi, encontrarnos a traves de los tiempos, una y otra vez.
CASI SETECIENTOS AÑOS ANTES..........
El castillo ardia y los vasallos corrian despavoridos con las armas rotas y las ropas llenas de sangre de quien sabía quien. Desde su privilegiado puesto, aún en la derrota, sabía que llegaria el momento de la venganza. Desde el balcón de la torre central contemplaba como el mundo que tanto le había costado se hundía y ardía en manos de los Santos Cruzados. Aquellos bastardos que se habían proclamado defensores de la fe y de la unión cristiana habían invadido las tierras de Languedoc como si fueran la peor calaña a destruir. Pero ahora el Santo Padre tenía la mirada puesta sobre sus tierras... Lamentó por un instante haber intentado llegar a un acuerdo con aquel hombre tan cerrado, envuelto siempre en sus aires de lider y de elegido por Dios. Inocencio III había enviado aquellos cruzados por temor a un ser como él, pues nada mas verlo había adivinado cual era su maldicion. Okaid había llegado con un pasado oscuro y secreto haciendose señor de aquellas tierras cercanas a Languedoc en tan poco tiempo que Inocencio III había mandado a un emisario a pedir que el nuevo Señor rindiera culto y fuera vasallo de San Pedro y por lo tanto de la Santa Iglesia. Pero Okaid no tenía señores, él era su señor. Y había levantado aquel desierto lugar con sus esfuerzos y derramando su propia sangre para crearse vasallos leales. Años despues los algibenses se habían alzado contra Roma. Y los rumores de que un señor que no envejecia y que bebía sangre en las noches había llegado al lugar, corria como el torrente del agua en una cascada. El papa usó este mismo rumor para mandar a los cruzados y castigar la herejia de Okaid. El mismisimo Simón de Monfort, enviado por el papa, luchaba en esos instantes en el patio que tenía delante suya.
Okaid cerró los ojos y esperó un poco más... el ruido de la batalla, el olor de la sangre, los gritos de mujeres y de sus vasallos al ser asesinados... la luna salió entonces entre los montes, con un brillo sangriento. "Luna roja como la sangre" se dijo en una mueca hirónica Okaid. Santó del balcón para aparecer cerca del Monfort., quien se giró sorprendido y sacó un crucifijo. -Tus artimañas no funcionan- Okaid tenía un acento extrangero, un bello rostro algo canela y unos ojos negros como el carbón. -Son ciertas las habladurias- Monfort escupió al suelo, a los pies de Okaid, y besó el crucifijo -sois hijo del diablo, adorador del mal, Vos habeis hecho que los algibienses fueran herejes!!!La lucha entre ambos caballeros estaba desigualada. Okaid no era una persona común, era hijo de la noche y las sombras, un vampiro venido desde el oriente. su fuerza hacía que Simón de Monfort retrocediera poco a poco. Sin embargo, un grito lo paralizó.
Allí estaba su bella amada... la mujer que había calmado desde hacia varios años su instinto asesino, aquella mujer tan pura como la nieve, de belleza singular y sonrisa armoniosa...sus ojos eran capaces de calmar a Okaid con tan solo un pestañeo. Pero Okaid la habia enviado lejos y ahora estaba ahi, a manos de sus enemigos.Simón lanzó una daga que se clavó en el pecho del sorprendido Okaid, corrió hasta donde estaba la mujer y la cogió del cabello haciendola gritar del dolor. -Ahora te calmarás maldito! - la risa del cruzado llenó aun más de ira a Okaid, quien enseñó sus afilados colmillos en actitud de amenaza. Nadie le había amenazado de esa manera, y nadie jugaba con sus posesiones. Pero jamás haria daño a aquella mujer que tanto amaba. Con la rodilla en el suelo bajó la cabeza, rendido ante aquella humillación. Pero su error fue ese, sacrificarse para salvar la vida de aquella dulce flor crecida entre la guerrra. En aquel momento, aceite hirviendo cayó sobre él y una tea lo hizo arder. Entre sus propios gritos y las llamas pudo ver como Simon de Monfort cortaba el cuello a su amada y lanzaba el cuerpo sin vida a tierra para quemarlo también.
De aquello hacia ya tantos años, tantas cosas habían pasado entre ese momento y la actualidad... abrazó a la joven con más fuerzas. Le había costado tanto encontrarla...pero al fin lo había conseguido. Tras setecientos años ella estaba otra vez viva y ahora no había nada que pudiera separarlos. Los labios calidos de ella seguían teniendo un dulce sabor a miel y su aroma seguía siendo el mismo. El espiritu de reveldía aun vivía en ella y su timidez y dulzura estaban intactos. Incluso el brillo de sus ojos era el mismo.Ahora que la tenia a su lado todo volvía a tener sentido, incluso su venganza cobraba mas peso. No, ahora no la dejaría ir. Incluso la transformaria en alguien como él, no cometeria el error que la llevó a la muerte. Si en aquel momento ella hubiera sido como él jamás la habria perdido.
-Quien eres?- volvió a repetir ella abrazandolo- Por qué siento que te he esperado tanto tiempo? Eres desconocido para mi pero tus caricias, tus besos... no me importa quien eres pero al menos un nombre...-Me llamo Okaid, Te he esperado durante setecientos años. Ella se levanto y lo miró extrañada:-Setecientos?? dudo que...-El hombre desaparecio de la cama y aparecio a su lado, se habia movido tan rapido que ni lo habia visto moverse- que...eres dijo la chica cubriendo su desnudez con la bata y corriendo a la puerta. -Tu esposo-dijo él a su lado impidiendo que abriera la puerta. Se acercó a ella, quien temblaba-¿Me temes despues de lo que hemos hecho en esa cama?- susurró en su cuello -Yo... no sé que está pasando...- dejó que los labios de Okaid besaran su cuello, dejó que sus brazos la volvieran a rodear y que la piel suave de Okaid la rozara. Su corazón latia fuerte y sentia que sus fuerzas se iban poco a poco. Sintio que se deslizaba por la por la puerta, cayendo en los brazos de su amante, quien la cogio y la llevó a la cama, para taparla con una sabana y dejarla descansar. Dormida era tan delicada no podia dejar de mirarla, ahora al fin volvia a él. ..............
Un escrito que hice a Diako... porque le quiero muchisimo jeje


Entre zarzas puede un corazón caminar,
sangrante y marchito entre las manos del solitario
seguirá adelante,
seguirá luchando.
El camino se hace eterno y mil veces pesado
Pero entre las nieblas de la noche,
entre las sombras que crea la luz,
escondido en el rincón mas distante del ser humano,
se encuentra el valor para seguir adelante.
Mis manos alzo en tu búsqueda.
Intento no temblar con mis decisiones.
“Eres especial” te dije una y mil veces,
porque eres para mi seguridad en mi mundo.
“No quiero perderte” te repito mil veces,
porque tu amistad me han dado cariño
y ha sido un apoyo en mis caídas.
La vida es un constante devenir
y por mucho que quieras sonreir
Tu interior sufre.
Intentaré abrazarte aún en la distancia
Cuando la noche se cierne mis susurros enviaré
Y cuando la luz del amanecer llegue,
mis palabras habrás sido tu bálsamo.
Recuerda que un corazón puede volar
y que nada puede romper la voluntad de tu alma.
No estarás solo aun cuando te parezca.
No te hundas en el camino.
No dejes que mis manos vayan solas,
pues te buscarán siempre,
ya que personas como tu hoy escasean.

Caída de una máscara


Caída de una máscara


Mudas palabras quiero contarte,
pero salen sin saber qué dicen y se escapan de mi
cada cual provoca dolor y la que menos
hace sangrar mi alma...
Necesito llorar y no puedo,
siento que me desvanezco y que nada soy,
quisiera gritar pero me hundo,
olvido cada momento de mi vida
y solo tengo el recuerdo de mis manos,
quiero sonreir hoy pero no puedo...
no puedo con mi máscara de frialdad
no puedo con el dolor que siento
Entre las miradas ajenas encuentro solo juicios
y entre las palabras de la muchedumbre... dolor
Que hago si nada soy??
que puedo sentir aparte de hastío y de penumbras??
si me clavaran un puñal creo que solo me salvarian
Daria fin a mis lagrimas...
lagrimas... no puedo hoy... no puedo
porque no sé como expresar lo que llevo dentro,
el dolor que siento y el miedo que llevo.
Gritan que mi máscara es de hierro
que soy un tempano
Donde están los dioses ??
donde el Valhalla??
necesito descanso... hoy no puedo mas con mi máscara.